ACERCA DE LA MUSICA

No será la música

Un refugio de lujo para los autistas?

Un veneno que excluye a los demás?

Tendrá la música como la cultura

Una hoja que corta, positiva

Que te ayuda a centrarte

Que te hace sentir, pensar,

Construir algo en harmonía con un grupo?

Trabajar por la paz y la cordura?

Y otro filo que daña,

Que te corta o te impide relaciones

Con la misma gente normal que la disfruta

Pero ni la fabrica ni la entiende?

Va a ser que no es tan sana como nos  parecía?

Será baluarte para gente que no sabe

Hablar, comunicarse, reir, bailar…

…disfrutar de la vida en sus momentos?

Va a ser que puede estropear alguna cosa?

Pues…a lo peor así es

pero al final resulta que no quiero dejarla,

es mi amante, mi vida, mi delirio

desde la cada vez más  lejana infancia

y si es magia que te puede ayudar a

sonreir, llorar, sentir, querer, pensar,

o transportarte en sus alas

al verde paraíso de tu bosque interior…

Vivo y viviré, sentencio, vestido por la música

Insultado por otros que piensan que estoy loco

Porque no soy de ellos,

No soy como ninguno

Y sigo escapándome

Con el mejor navío

Con eso que nos da de tarde en tarde

Un árbol, un abismo, un espejismo

De razón en el puro pensamiento

Que se abre en tu pecho de repente

Como cráter tranquilo.

Como nos decía el otro:

¿locos?: ¡No, por Dios mío!,

¡por el Dios de mi madre!, digo yo:

¡Locos los otros…

si se pierden el brillo de la música inmensa…

…y su delirio!

Bendita la locura

Que puede hacer feliz a una persona

O despertarla de su triste rutina

En un momento dado

Que no dura a veces lo que dura un suspiro

¡Benditas sean las notas!,

¡Benditos sean los músicos

con su carga de autismo

y sus mantos de lirio!

¡Bendita sea la vida que vivimos

cuando juntos hacemos

brotar flores del alma

donde había yermo muerto

o sueños de mañana

donde sólo hay vencidos!

¡Bendita sea la música

y benditos los músicos

por siempre destilados

de la esencia de Dios!

¿Qué estamos locos?

¿¡y qué!?:

…Locura compartida con mil  almas

bien merece la pena haber nacido.

                                                     Manuel Palacios