miércoles, 23 de septiembre de 2015

TIERRA DE ÁNGELES. La última versión, corregida para enviársela a Manuela Carmena

PARA MANUELA CARMENA...porque se lo ha ganado, con sus dos grandes alas.
Este texto se termino de concretar en la Toscana. Bajo el sol de su cielo. Esa 
mágica región,  en la que nació nuestra cultura y donde comenzó a originarse la lengua gracias a la cual se ha escrito.
Si lo recibes, es porque alguna vez te las he visto (lo comprenderás cuando lo leas) puedes hacer lo que quieras, fotocopiarlo, dárselo a quien quieras o usarlo, pero solamente con buen fin, por favor, es muy fácil dejarse llevar por malos sentimientos, solamente te pido que, ya que no se lo doy a todo el mundo, no le digas a nadie que lo has recibido en persona para evitar celos y envidias, y menos, decir que soy yo quien te lo ha dado. La risa es fácil y este escrito no se refiere a nada material. Hay mucha gente que, simplemente, no puede entenderlo. Si te lo ofrezco, es con todo mi corazón. A lo mejor te sientes bien al terminar de leerlo. Con esa idea se hizo. Si lo pasas, borra mi nombre. No busco fama ni reconocimiento, sino expresar mi gratitud con gente tan especial; ya que esto se ha gestado gracias a todos los que os habeis cruzado por mi vida. Y que esa misma vida os colme de felicidad a vosotros y a vuestras familias por los siglos de los siglos, os desea:
manuel palacios.

TIERRA DE ÁNGELES
A veces, en tu historia, aparecen personas que no conoces,
o si que conocías... y te hacen un regalo:
que, como consecuencia de encontrarlos,
tomas el pulso de tu propia vida, en ese instante,
con tu mano en tu mano.
Y vives un paréntesis, en que se para el tiempo,
con lucidez, consciente, escuchando arrobado.
Te hablan serenamente y notas, al instante,
que, pase lo que pase, y estés, donde estuvieres,
a lo mejor vale la pena haber vivido…
solamente para, en ese mágico momento,
dejarte penetrar por su simplicidad
y poder descansarte del mundo en su presencia,
ya que no hay otra reacción posible,
que la tranquilidad, al estar a su lado.
Y sientes, reverente, que lo que dicen, está escrito
en su frente, en su alma, en su boca,…en sus labios.
A veces, cuando, en alguna forma (que muchas hay), estás perdido…
pues… aparece alguien
como aquel señor mayor de Castiglione
que, sin prolegómeno alguno
ni haber sido, por nadie, presentado,
comenzó a interpelarnos.
Nos dijo que fue alcalde de ese pueblo,
durante mucho tiempo... y hacía tiempo,
le ilusionaba hablar con españoles,
porque leía novelas de autores españoles:
el Lazarillo, a Cervantes…y más cosas,
y, en cuya compañía, pasamos diez minutos...
que se nos desplegaron, como si fueran años.
A veces en tu vida, cuando más necesitas,
aparece uno de ellos, se te acerca,
por unos minutos te acompaña,
y, en el fondo, te dice que nada, ni nadie, se merece
una torva mirada, un grito o un mal gesto.
Y, poco a poco, sin ningún esfuerzo;
sin necesidad alguna
de entornar los ojos o aguzar la mirada,
a lo mejor ves que se visten, de repente,…
al sol poniente con sus mejores galas.
A lo mejor resulta que son muchos los que nos acompañan
y que nos basta mirarlos, con simpleza,
para apreciar sus alas.
No hace falta que veas, del bien, espíritus
o angelotes rellenos, con la piel sonrosada,
pues sus cejas, a veces, son marcadas,
decrépitas sus ojeras azulonas..
o sólo es noble mirada, en marco de silencio,
que dura muy poquito,…casi nada,
pero tú sientes la paz que destila su presencia,
y notas nuevas fuerzas para vivir mañana.
No deseo otra cosa que ser ángel,
para quienes caminan a mi vera
por esta vida breve y machacada.
Pues me gusta esa gente que nunca da problemas,
y sólo traen al alma, la más profunda calma.
Y es, también, mi deseo, si no es mucho pedir,
que, aquellos seres, a los que yo más quiero,
emprendan el camino que los lleva...
a que se llenen de ángeles sus vidas,
que les salgan de caminos, de puertas y ventanas,
les den la mano cuando lo necesitan
y rellenen de flores sus entrañas.
Gracias por existir, doy a esa gente
Por ser, por estar y porque, a veces…,
…cuando tú necesitas gasolina
aparece uno de ellos y…te apaña.
Y , así como yo los necesito,
que la gente que quiero aprenda a usar sus alas…
…para ayudar a otros, porque, sin esas cosas
no tenemos... ni solución, ni vida,
ni esperanza.

De Firenze a Trento (Agosto de 2.008) manuel palacios