Cuanto más profundo exploro
el interior de mi alma,
allá abajo, adentro, adentro,
me encuentro con gentes nuevas,
unos concienzudos sabios,
otros: personas muy raras.
Y, conforme el tiempo pasa,
me doy cuenta que, con esos,
sobran todas las palabras,
una mirada es un mundo,
el Cosmos, pequeño mapa,
los futuros...sin barreras,
y la Vida: una mañana.
el Universo y la Vida...
....la Vida entera,
que ahí fuera...
a los vivos, los osados,
los limpios de corazón...
...siempre, siempre los aguarda.
Habitamos un cuerpo
cuyos átomos tienen
la edad del universo,
polvo de esas estrellas
que, incansables,
alumbran, día y noche,
desde el cielo.
Ese milagro de cuerpo,
lo debemos al rey Sol,
que preñó a la madre Tierra,
a los padres, que son dos,
ni uno más ni uno menos,
y a la mágica y divina VIDA,
empecinada, a través de nosotros,
en seguirse viviendo,
Habitamos un cuerpo
que sabe mantenerse por si solo,
pudiendo reinventarse cada día,
capaz de resistir ataques de elementos,
sin necesitar artificio, medicina o invento
sólo comiendo, bebiendo, respirando,
amando, disfrutando,compartiendo,
creando belleza, yendo y viniendo,
Vivimos en bonito planeta,
que parece, aún, bastante entero,
más... o menos redondo,
pero siempre dispuesto.
Cada elevación de ese planeta,
sea natural o artificial,
apunta muy, muy lejos...
cuanto más alta, con más fundamento...
apunta al infinito,
a la eterna belleza.
Cada altura de la Tierra...
como si fuese un dedo,
señalando el camino...
...apunta a las estrellas
Manuel Palacios