Para los componentes del coro de Logrosán, del Coro del bosque y todos los que hayan trabajado música, teatro o voz conmigo
Un maestro es alguien que te muestra
puertas que no veias
y ventanas cerradas,
incluso te acompaña, es más: te ayuda
y hasta las abre delante de tu cara
para que sientas otro sol que te acaricia
y escuches otro viento entre otras ramas.
Te pone frente a ellas
y a entrar te anima...
...pero no te acompaña.
Si quieres penetrar en sus secretos
para desentrañar mil fórmulas extrañas
o bien desanudar tu entraña misteriosa
no le pidas su mano protectora,
porque entrarás tú solo, con lucidez, sin ansia.
Atrévete por ti a franquear umbrales en penumbra
para poder navegar por tu mar interior
con tu barquita propia y en absoluta calma.
Atrévete a pasar y vive ese momento
radiante, fresco, amigo, sonriente,
como si fuera esa…la primera mañana.
Ni se me ocurre ni se me ocurriría
maestro nombrarme
no soy maestro ni quiero, ni lo busco,
sólo intento acercaros
recetas que a lo mejor ayudan a sanar el ánimo,
hacer que sueñes cuando estás despierto
o que florezcan de pronto sentimientos
donde antes sólo existia el tedioso yermo de la nada nada
y que broten del interior del pecho cual fuente luminosa.
Si tú se lo permites, si tú te lo permites...
…todo es posible: ¡Escapa!.
Ni soy maestro, ni director, ni sueño
con glorias de futuro o con mísera fama.
Me contento de un espacio de tiempo,
de un pequeño segundo de gloria concertada,
de gozo compartido con un grupo de almas
y mientras de la música acompaño
con tímido paso vuestras voces cálidas
a veces un susurro de Dios llega y nos lanza
a todos, a la vez, al espacio exterior, desde cualquier iglesia
a la negrura inmensa universal,
al profundo infinito de la noche estrellada.
MANUEL PALACIOS
MANUEL PALACIOS
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